En primer lugar, creo que la gente miente porque puede. Prueban una vez, les resulta fácil y lo vuelven a repetir. Mientras más mienten, más fácil se vuelve para ellos, y menos vergüenza sienten al hacerlo. Algunas personas llegan hasta a creerse sus propias mentiras. Creen tan fervientemente en las cosas que inventan, que los que no estamos acostumbrados a que nos mientan en la cara empezamos a confundirnos. ¿Por qué me mentiría, si es mi amigo/novio/tía/abuela/profesora/hermana/etcétera?
Un amigo me dijo que él llegó a la conclusión de que la gente miente por tres cosas:
1. Porque no sabe cómo afrontar una situación.
2. Por conveniencia.
3. Por deporte.
Y no puedo estar más de acuerdo. Pienso que en principio se puede mentir por las dos primeras cosas, pero al hacerlo varias veces, se convierte en un deporte. A la gente no le importa herir tus sentimientos y, cada vez que mienten, les cuesta menos. Primera vez: "no se dio cuenta, uff". Segunda vez: "si no se dio cuenta la primera vez, seguro puedo hacerlo de nuevo". Tercera vez: "creo que mentir me gusta más de lo que creía, y realmente me facilita la vida". Cuarta vez: "no me importa si daño a alguien, ya que mentir me trae más beneficios que complicaciones". Y así hasta que mentir se convierte, como me dijo mi queridísimo amigo, en un deporte.
Pero también pasa que a veces las personas nos mienten para intentar hacernos algún bien. Te van a sacar una muela en el dentista y te dicen "tranquila, no va a doler, no es nada". Lo mismo si te van a poner una inyección. Pero no siempre el bien que nos quieren hacer está tan claro: también nos mienten al decirnos que si no aprobamos un examen se acaba el mundo (mis padres nunca lo hicieron, pero conozco de personas que juegan así con la mente de sus hijos). Nos mienten cuando nos dicen "llegué tarde porque me agarró la barrera", y en realidad llegaron tarde porque se quedaron viendo una serie en Netflix y se olvidaron del tiempo-espacio.
En fin, aunque todos sabemos que las mentiras no hacen ningún bien, a veces recurrimos a ellas sin intención de cagarle la vida a nadie. Pero la verdad es que, tarde o temprano, nuestros inventos nos terminan envolviendo. Por eso algunos tratamos de evitar las mentiras y nos sentimos realmente incómodos en situaciones en las que otras personas mienten.
Cuando descubrimos que nos ocultan algo y nos sentimos por el piso y sin ganas de volver a confiar en las personas otra vez, lo único que nos queda por hacer es intentar entender el porqué de las mentiras para así definir si son imperdonables o si realmente quienes nos mintieron quisieron ayudarnos de alguna forma actuando de esa manera. Me gustaría llegar en algún momento a una utopía en la que nadie necesite decir mentiras para hacer sentir bien a otra persona ni para quedar bien parado, ni mucho menos para cagarle la vida a los demás. Pero, mientras tanto, solo me queda seguir adelante.
Si odiás las mentiras, pero sabés que en algún momento de tu vida le mentiste a alguien (aunque fuera una mentira blanca) te invito a que analices tu comportamiento y a que pienses si esas mentiras realmente hicieron algún bien. Estaría bueno leer tu comentario. Nos leemos :)
Photo by Cristian Newman on Unsplash
Comparto las razones por las cuales la gente miente, mentimos. Resumimos el comportamiento, al menos en mi caso, a querer hacer un bien. De alguna manera tratamos de minimizar el impacto de algo que puede o no pasar. Aguna vez me arreglaron una muela y me dolió y otras no, prefiero quedarme con la que no. Las acciones sociales adquieren el sentido de quien las produce, sumada las inteciones (buenas o malas), e algún punto ayudan a vivir. Eso si miramos desde donde se produce pero hay que tener en cuenta las condiciones de quien las recibe. Dialogar nos enriquece.Nos segimos leyendo.
ResponderBorrarA veces, aunque tenemos las mejores intenciones, nos equivocamos seriamente al elegir mentir en lugar de decir la verdad. Gracias por leerme :)
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