viernes, 13 de enero de 2023

Diario de una mente ansiosa VOL.1 Día 2


Hoy soy extranjera en mi propia patria. Hoy me di cuenta de que no hablo el mismo idioma que los de acá. Hoy no puedo traducir sus decisiones ni su pensar. Hoy confirmo que en mi idioma no hay palabras que logren expresar cómo viven algunos, como lacras, como el mismísimo satán. Nada importa. Todo da igual. Ni el esfuerzo ni el dolor sirven para caminar. Las acciones de los que me rodean se convierten en un pantano que no me permite avanzar. De nuevo extranjera en mi propia patria. De nuevo “rasguñando las piedras”, de nuevo sangrando lo que no se puede lograr. “Qué visión tan pesimista, qué visión tan postapocalíptica” me dicen los que siguen sufriendo, pero se quieren quedar. Hay un velo colectivo que no nos deja pensar. Hay un velo que nos miente, que dice que esto es normal. Lo tuyo es mío acá. En el mal sentido lo tuyo es mío. Sangre y sudor nunca se recompensan. Sangre y sudor valen menos que matar. Recompensa para los que la hacen fácil. Recompensa para los que con un gatillo deciden tu libertad. “Vos no valés”, te dicen, y te matan sin pensar. Y un día ya no existís. Y un día todo desapareció. Te sacaron tus derechos uno a uno y seguiste creyendo que era normal. Orwell te lo mostró hace años, pero lo decidiste ignorar. Boxeador murió luchando. “Hay que agachar la cabeza y seguir para adelante”, como dicen acá. Y así murió Boxeador. Murió por el velo que le hacía creer que lo que estaba pasando era normal. Y así no quiero morir. Y así no quiero desaparecer. Hace años vinieron para acá porque allá no se podía respirar. Y si ahora queremos irnos allá, ¿qué es lo que está tan mal? “Malinchista, vende patria” dirían en México. Y acá otra sarta de estupideces más. Si no quieren que avances, si te pisan la cabeza, ¿qué tiene de malo buscar emigrar? ¿Acaso disfrutamos la tortura? ¿Acaso fuimos diseñados no para vivir, sino para aguantar? Un día ya no se aguanta. Un día ser extranjera en mi propia patria me dejó de agradar. Hoy busco como mis bisabuelos. Hoy creo que hay algo más. Y si estoy equivocada, siempre puedo volver atrás. Esta tierra no se mueve, esta tierra sigue acá. Será cuestión de que intente. Será cuestión de volar. Si la tierra de las grandes mariposas me sigue queriendo matar, no queda otra que escapar, no queda otra que rajar. No me voy, de acá me echan. No me voy, no me voy… Pero acá no hay traducción del mal. No hay palabras en mi idioma que traduzcan la realidad. Nada cambia, todo sigue igual. Y yo hoy no sigo la consigna, hoy me prefiero arriesgar. No quiero una traducción ficticia, yo quiero cantar mi verdad. Y si para mí esto ya no vale, y si para mí acá no hay lugar, tengo que confiar en que irme, por más que me arañe y me haga mal, es la decisión correcta, siempre se puede volver a empezar. Y si no se vuelve a empezar, siempre se puede volver atrás. En este juego de la vida, en este juego del azar, mil combinaciones son posibles, mil realidades y muchas más. Así que acá me despido, porque tengo mucho que planear. Nos leeremos mañana si es que querés seguir acá conmigo, traduciendo mi caminar.

Foto de David Iskander en Unsplash

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