Reseña "Palabras para mi hija adolescente" de Poldy Bird (La estantería de mamá #4)

SINOPSIS:

Cuando ames, ama abriendo todas las puertas y las ventanas de tu corazón, sin dejar ningún escondrijo, sin pensar en las conveniencias ni en los inconvenientes. Ama creyendo. Porque si por evitarte una desilusión te lanzas al amor con desconfianza llevarás a cuestas el dolor y las sombras desde el comienzo en vez de hallarlas -si acaso así ocurriera- recién en el final. Creer es empezar un viaje con los ojos lavados por el agua transparente de la fuente. Es cortar el jazmín que da perfume aun después de morir entre las páginas de un libro.

INFORMACIÓN ADICIONAL:

TÍTULO: Palabras para mi hija adolescente

AUTORA: Poldy Bird

EDITORIAL: Del Nuevo Extremo

PÁGINAS: 96

OPINIÓN:

Había leído este libro hace unos meses. Lo encontré en las estanterías de mi mamá, y necesité leerlo, una vez más, después de una pelea que tuve con ella. Lo releí, y como si hubiera sido la primera vez, lloré. El libro no es una novela, ni mucho menos; es, a mi parecer, una carta que contiene lo que toda madre quiere decirle a su hija, pero que por alguna u otra cosa, (no se anima, o no lo cree conveniente) no lo hace. Cuando las madres se dan cuenta de que están equivocadas, no lo dicen (es una ley), lo mismo hacen las hijas. Creo que este libro, está destinado a hacer que ambas se entiendan mejor. La autora le escribe a su hija, Verónica, que ya se convirtió en una adolescente, para contarle cosas sobre la vida, sobre el amor, sobre la amistad, sobre la muerte y sobre el esfuerzo; y explicarle por qué a veces "es tan mala”, entre otras cosas. 

Es una lectura corta; tiene aproximadamente 100 páginas (depende de la edición), y en un viaje en colectivo, logré terminar de leer estas palabras. No hay mucho más para decir sobre el libro, simplemente que se lo recomiendo a todos (especialmente a madres e hijas). La autora me encanta, y me hace reflexionar durante días, luego de leer sus libros, con sus palabras.

FRASES DESTACADAS:

“En un mundo de lobos, no quiero que seas un cordero asustado o un avestruz que esconde la cabeza, no: quiero que tengas los ojos bien abiertos, que mires viendo, que tus buenos reflejos te permitan saltar a un costado para esquivar los golpes, que sepas claramente qué es lo que está bien y qué es lo que está mal, y que no sientas la tentación de inclinarte hacia lo que está mal porque da menos trabajo…”

“Pero tu casa es tu puerto, Verónica… el puerto seguro del que podés partir y al que podés regresar, el puerto en el que mamá espera con un cariño inalterable y esos consejos que te molestan un poco (como me molestaban a mí cuando tenía tu edad…y hoy son los que me levantan cuando tropiezo, los que me acunan cuando no puedo dormirme, los que me clarifican cuando de pronto veo turbias las cosas).”

PUNTUACIÓN:

5/5