Estupefacción. Eso es lo que sentí al terminar de dar la defensa de mi tesina. Un limbo total. ¿Cómo explicar el alivio –y la incertidumbre– que sentís cuando terminás de dar el último examen de tu carrera? Antes de entrar al aula y pararte en frente de tus profesores y la rectora de tu instituto, tu vida es una: te la pasaste estudiando y preparando trabajos prácticos los últimos años; el estrés (algunas veces incontrolable) previo a rendir ya es moneda corriente. Una vez terminado –y aprobado– el examen, tu realidad es otra. En cuestión de una hora tu vida da un giro completo, y pasás de ser "estudiante" a no ser nada... A esto me refiero cuando hablo de incertidumbre: tu vida deja de tener sentido por un rato. Tu meta ya fue cumplida. Listo. A otra cosa. Pero... ¿ahora qué sigue?
El día después del examen es algo completamente diferente. Sentís poder: el poder de ser capaz de lograr lo que sea. De entender que podés ser lo que quieras. Las posibilidades son infinitas, y sos capaz de lograrlo todo. Es entonces cuando entendés lo que todo el mundo dice: la educación es poder. El hecho de estudiar una carrera te da herramientas para que puedas desenvolverte en el mundo real. Con esto no quiero decir que tu vida se resuelva por el simple hecho de haberte recibido. En absoluto. Pero el hecho de tener un título sí te prepara un poco más para que el mundo no te pase (tanto) por arriba.
Tres años atrás, antes de empezar mi tecnicatura, escribía mal. Muy mal. Hace tres años no sabía estudiar. No sabía relacionar temas que, según yo, no tenían nada que ver el uno con el otro. Facebook no se cansa de recordarme estados que escribí allá, por el 2012 (cuando todavía estaba en la secundaria), con una ortografía que dejaba bastante que desear. Incluso en este mismo blog pueden encontrar entradas con algún que otro error. Hoy estoy muy orgullosa de poder decir que estudiar me dio herramientas para hacer mejor una de esas cosas que me hacían feliz antes de empezar mi carrera: escribir por placer.
Pero no todo es color de rosas. La verdad es que el hecho de estudiar también hizo que dejara de lado cosas que me hacían muy feliz. Cuando estás todo el tiempo pensando en el próximo examen o en la próxima entrega de trabajos prácticos, te es muy difícil disfrutar de otras cosas. Salir con amigos, ir al cine, escribir o leer por placer, tocar música, ir a un recital. Todas esas actividades que solían hacerme muy feliz, de pronto se volvieron imposibles de disfrutar. El hecho de estudiar una carrera desató todas mis inseguridades. Jugó en serio con mi mente. Llegó un punto en el cual el estrés que me causaba pensar que todavía tenía que rendir tantas materias me era insoportable.
Quizás no todo el mundo sufra el hecho de estudiar como lo hice yo. Pero lo cierto es que si normalmente te estresás o sufrís algún tipo (aunque sea mínimo) de ansiedad, es probable que el hecho de empezar una carrera dispare todos tus miedos e inseguridades. Es importante tener esto en cuenta. Pero no te lo digo para que abandones tu sueño de estudiar incluso antes de empezar. Al contrario, te lo digo para que te prepares para lo que va a venir. Para que no te agarre desprevenido. Hacer yoga y terapia me ayudó bastante este último año para no abandonar mi carrera y empeñarme en recibirme costara lo que costara.
Si actualmente estás estudiando alguna carrera y sentís que no podés más, solo tengo una cosa que decirte: si yo pude, vos podés. Así nomás. Metele. Te prometo que la satisfacción que vas a sentir cuando te recibas va a ser mil veces mayor que todo el estrés por el que tuviste que pasar a lo largo de tu carrera.
Por si no leíste el título completo, esta va a ser la primera entrada de una serie de publicaciones en las cuales voy a hablar sobre el estudio, principalmente sobre la educación a distancia. Crónicas de una estudiante a distancia es el título de esta serie, y en las próximas semanas voy a estar subiendo más contenido a este blog.
Si conocés a alguien que está pasando un mal momento estudiando una carrera, te pido que lo ayudes compartiéndole esta entrada. A veces unas pocas palabras ajenas nos ayudan a tomar una decisión importante.
Nos leemos♥
Photo by Honey Yanibel Minaya Cruz on Unsplash
Metas, pasos para llegar a esas metas, ese es el camino. Sólo hay que disfrutar cada momento e intercalar esa "obligación" con aquello que nos distiende y divierte. Hermoso poder expresar lo que uno siente. Nos leemos.
ResponderBorrarEste blog es uno de esos pasos para poder llegar a esa meta más grande. Gracias por leerme y comentar siempre♥
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